Esta sala se sitúa en la primera ampliación de la torre románica, levantada tras la conquista de la ciudad por Alfonso I el Batallador en 1118. El encargo lo promovió a finales del siglo XII Alfonso II el Casto, primer rey de la Corona de Aragón. Fue en aquel contexto en el que el palacio se convirtió en el centro del barrio del Salvador, residencia del alto clero y de la jerarquía militar aragonesa que se estaba haciendo cargo del poder local. Coincidiendo con la ampliación románica del palacio, las primeras comunidades cristianas se consolidan y la devoción a la Virgen como madre se afianza en todos los estratos de la sociedad, pudiéndose apreciar en la serie de imágenes románicas y góticas expuestas en esta sala y que abarcan una cronología que transita del siglo XII al XV.