Esta galería superior deja a la vista la estructura de la fachada de mediados del siglo XVI, correspondiente a la reforma del palacio renacentista del arzobispo Hernando de Aragón. Al avanzar, se puede ver de cerca la parte superior de la fachada gótica de la capilla de Dalmau de Mur, descubierta en la restauración del edificio tras estar emparedada desde el siglo XVI.
La selección de obras que aquí se muestran nos permite comprender el desarrollo de la religiosidad y la estética entre los siglos XVI y XVII, en manos de algunos de los artistas más representativos. Desde la serenidad y equilibrio renacentistas plasmados en la obra del escultor Damián Forment y su discípulo Gabriel Yolí, hasta alcanzar una mayor expresividad con el arte barroco. Vemos algunos ejemplos de ello en el conjunto de los “Niños Jesuses”. Siguiendo el modelo creado por Martínez Montañés hacia 1600, reflejan el interés de aquella época por reforzar la realidad humana de Dios, captando la esencia del mundo de la infancia, encarnado en el Niño Jesús.