San Beda

Hoy, 25 de mayo, se celebra san Beda, patrón de los historiadores y escritores. Nació en el año 672 de una modesta familia obrera del reino de Northumbria (parte de la actual Inglaterra) y a la tierna edad de 8 años ingresó, por propia voluntad, en el monasterio benedictino de San Pedro en Wearmouth (Durham, Inglaterra). Acabó su formación en el monasterio de San Pablo en Jarrow (cerca del monasterio anterior), en donde se convirtió en diácono a los 19 años y fue ordenado a los 30 años.

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Detalle de Historia ecclesiastica gentis Anglorum (Historia de eclesiástica del pueblo de los Anglos).

Desde el momento de su ordenación sacerdotal y hasta el día de su muerte, se dedicó asiduamente al aprendizaje, la escritura y la enseñanza. Conocía el griego y hablaba con fluidez latín, lo que le permitía tener un buen conocimiento de los padres de la Iglesia y eruditos clásicos como Virgilio, Lucrecio, Ovidio y Horacio. Escribió sobre filosofía, cronología, aritmética, gramática, astronomía y música, además de traducir las Sagradas Escrituras al inglés antiguo.

Su obra más conocida es Historia ecclesiastica gentis Anglorum (Historia eclesiástica del pueblo de los Anglos). Esta obra de cinco volúmenes registra los eventos en Gran Bretaña a partir de las incursiones de Julio César en el 55-54 a.C., hasta aproximadamente el año 731, fecha estimada de su conclusión. Los escritos de Beda se consideran una de las mejores obras sobre la historia anglosajona.

Su último trabajo, el cual completó en su lecho de muerte, era una traducción a la lengua anglosajona del Evangelio de San Juan. Beda murió en el año 735 y sus restos se trasladaron, en el siglo XI,  a la catedral de Durham, donde todavía se conserva su sepulcro. San Beda fue canonizado y declarado Doctor de la Iglesia el 13 de noviembre 1899 por el Papa León XIII.

Como curiosidad, el Papa Francisco ha elegido un fragmento de una de sus homilías para su escudo: Miserando atque eligendo (Le miró con misericordia y le eligió).