El último monarca de los Austrias jura los fueros en Zaragoza

A la muerte del rey Felipe IV (1621-1665), su hijo Carlos fue proclamado rey  con apenas 4 años de edad, en 1665. Su madre, la reina Mariana de Austria (1649-1675), asumió la regencia hasta la mayoría de edad del infante en 1675, cuando contaba con catorce años.  En aquel momento, las Cortes de Aragón felicitaron al nuevo monarca, al mismo tiempo que le recordaban que debía jurar los fueros del reino.

Carlos ii

Detalle del retrato de «Carlos II, con armadura», pintado en 1681 por Juan Carreño de Miranda. Se conserva en el Museo del Prado.

Con este motivo, llegó el rey a Zaragoza el 1 de mayo de 1677. Primero, el monarca juró los fueros en la Seo de San Salvador. Al acabar la ceremonia, los reyes y su séquito ocuparon todas las estancias del palacio arzobispal, por lo que el arzobispo no pudo hacer uso de su residencia oficial. Este prelado, don Diego de Castrillo, se dirigió al palacio del Conde de Fuentes para establecer provisionalmente su residencia en él, mientras los reyes ocuparon el solar en la actual Plaza de la Seo. Durante los tres primeros días se hicieron festejos, como corridas de toros, luminarias y un “palacio de fuegos”. Carlos II (1665-1700) permaneció en la ciudad hasta el 2 de junio, cuando partiría hacia Madrid.

Retrato que se atribuye a don Juan José de Austria, pintado en el último tercio del siglo XVII por un artista anónimo. Se conserva en el Museo del Prado.

Retrato que se atribuye a don Juan José de Austria, pintado en el último tercio del siglo XVII por un artista anónimo. Se conserva en el Museo del Prado.

Entre el séquito que acompañaba al rey, cabe destacar la presencia de su hermanastro, don Juan José de Austria, hijo ilegítimo del rey Felipe IV con la actriz María Calderón. Desde pequeño recibió una esmerada educación, además de mostrar dotes innatas para la equitación y el manejo de las armas. Su reconocimiento como hijo del rey, le permitió acceder a puestos de importancia dentro de la Corte, y estuvo varias veces al frente de los ejércitos reales: sofocó la sublevación napolitana y siciliana de 1647; reconquistó Barcelona en 1652, con lo que daba fin a la guerra de Cataluña; comandó, aunque sin mucho éxito, el ejército de Flandes, e intentó recuperar Portugal.

Tras la muerte de Felipe IV, se inició una lucha por el poder contra Mariana de Austria, reina regente. Una estrategia para alejarlo de la corte fue su nombramiento como vicario de la Corona de Aragón. A partir de entonces, don Juan José residió en Zaragoza como virrey del Reino de Aragón. Entre 1677 y 1679 se convirtió en el primer Ministro de la Monarquía y uno de sus primeros actos de gobierno consistió en viajar a Aragón, desde Madrid, junto con su hermanastro, el rey Carlos II, para celebrar en Zaragoza Cortes del Reino.

Como curiosidad, el corazón don Juan José de Austria  fue enterrado en la capilla de Nuestra Señora del Pilar, por petición escrita en su testamento.

 

Bibliografía

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