Conociendo la torre románica de don Pedro de Librana.

En esta ocasión, conoceremos con mayor profundidad la construcción más antigua de las que componen el palacio arzobispal. Para ello debemos situarnos en la primera planta del edificio, en una sala que debemos imaginar, antes de que fuese restaurada, con sus paredes blancas enlucidas y su suelo embaldosado, con un techo sustentado por un gran arco diafragma y unas vigas de madera. Para obtener mayor información sobre el espacio, se retiró el revoco de los muros, dejando ver la construcción antigua de calicanto y ladrillo. Al explorar estas superficies, se localizaron diferentes elementos: una chimenea, una escalera intramural y los ventanales del torreón primitivo.

daniel salvador

Vista general de la sala duodécima del Alma Mater Museum.

Por lo tanto, este espacio del que hoy hablamos, corresponde a la segunda planta de la torre medieval que constituye el núcleo del edificio. Se trata de esa torre que, si recordamos, fue construida sobre terrenos donados por el rey Alfonso I el Batallador (1104-1134), poco después de la conquista de Zaragoza, en torno al año 1124, por el monje bearnés Pedro de Librana, obispo de la ciudad. Con el paso del tiempo, la construcción se fue ampliando, dando lugar al conjunto de construcciones que serían conocidas en la Edad Media como “Casas del Obispo”, hasta transformarse en el actual palacio arzobispal; así, la torre primitiva quedó embebida entre las edificaciones anejas.

Hueco de la chimenea abierto en el muro, tras la escultura de San Francisco Javier.

Hueco de la chimenea abierto en el muro, tras la escultura de San Francisco Javier.

Hoy, estos muros medievales abrazan la recreación de una procesión, sirviendo de elegante y discreto escenario. En el centro del espacio se encuentra una gran vitrina, donde las cruces procesionales, las custodias y una casulla, son iluminadas por un bosque de luces que recuerdan a quienes asisten a una procesión portando velas.

Escaleras de comunicación vertical, en el hueco intramuros.

Escaleras de comunicación vertical, en el hueco intramuros.

Bibliografía

BUESA CONDE, D. J. y BOROBIO SANCHIZ, J.,  “El Museo Diocesano de Zaragoza. Su proceso de creación”, Artigrama, núm. 29, Zaragoza, Universidad de Zaragoza, Departamento de Historia del Arte, 2014, pp. 37-64.

BOROBIO SANCHIZ, J. y BOROBIO SANCHIZ, S., Museo Diocesano de Zaragoza. Biografía de una restauración, Zaragoza, Museo Diocesano de Zaragoza, 2011.