1 de enero, 2 de febrero… ¡7 de julio, san Fermín!

¡Hoy comienzan los sanfermines! Una de las fiestas más populares en el ámbito nacional e internacional relacionada con el santo Fermín. Como somos muy curiosos, queremos compartir con vosotros los orígenes de este día, así que ¡atentos!

Según cuenta la leyenda, Fermín nació en el siglo III en Pompaleo (Pamplona) y era hijo de un senador romano.  Era una familia pagana con culto a los dioses romanos que tras las predicaciones de Honesto y Saturnino, se convirtieron al cristianismo. A los 18 años se ordenó sacerdote en Tolosa. Predicó primero por Navarra, llego hasta la Galia y acabó en la ciudad de Amiens, donde fue nombrado obispo a los 24 años.  Es aquí donde fue martirizado, durante el mandato del emperador Diocleciano, por negarse a interrumpir su actividad predicadora. Murió decapitado el 25 de septiembre del año 303 y cuentan que un grupo de cristianos escondieron sus restos hasta que sus reliquias se hallaron en el 13 de enero del año 615, siendo trasladadas a la catedral de Amiens. En el siglo XII el culto al santo adquirió gran fervor y en el año 1186 el obispo de Pamplona,  Pedro de París, recibió la reliquia de su cráneo y la depositó en la catedral de la ciudad. Antiguamente, la festividad de san Fermín se celebraba el 10 de octubre, conmemorando su entrada en la ciudad de Amiens, pero en 1591 se introdujo otra fecha distinta en Pamplona. El obispo Bernardo de Rojas y Sandoval,  trasladó, a petición del pueblo, la fiesta del 10 de octubre al 7 de julio por ser más cálido el tiempo y para que coincidiera con la feria de ganado, que cada año tenía lugar del 29 de junio al 18 de julio. Y de este modo, aunaron la fiesta cristiana con las famosas corridas de toros que hoy en día se siguen realizando.

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Detalle de la tabla gótica “Milagro de San Miguel en el Monte Gargano”, realizada por Blasco de Grañén a mediados del siglo XV, y perteneciente a la colección permanente del museo.