Al son del Jueves Santo.
¿Habéis escuchado alguna vez la expresión “dar la matraca”?. Seguro que sí, e incluso, alguno de vosotros la habréis llegado a decir. Con esta expresión queremos decir que alguien está “dando la tabarra”, siendo pesado o molestando, y aunque no se esté haciendo ninguna alusión religiosa, tiene su origen en la Semana Santa.
La matraca es un instrumento de madera que consta de unas tablas fijas en forma de cruz o aspa entre las que cuelgan mazos que al girar producen un gran sonido que puede resultar algo molesto. Se usa en algunos conventos para convocar a maitines y todavía se utiliza en algunas iglesias para anunciar los actos religiosos en Semana Santa por guardar luto ante la muerte de Cristo, ya que el replique de las campanas se considera sonido festivo.
A partir de este instrumento ha surgido otra matraca de menor tamaño, también llamado carraca, usado en algunas procesiones por parte de las cofradías, pero no es el único instrumento. No podían faltar los tambores y bombos en estas fechas, en especial en la “Ruta del Tambor y del Bombo” que se celebra en el Bajo Aragón. En Híjar se realiza el “Romper la Hora” el jueves Santo a las 12 de la noche mientras que en Calanda comienza a las 12 del mediodía del Viernes. Este ritual marca el comienzo de los días de luto y de las procesiones más importantes. Con un gran estruendo marcado por los instrumentos, se representan los cataclismos que sucedieron cuando Jesús murió en la cruz. Los tambores y bombos se siguen usando en más procesiones y no solo en esta comarca, muchas cofradías de Aragón también se sirven se sonido.
Os mostramos una imagen relacionada con este día, un sagrario muy interesante que representa la Última Cena de una forma poco habitual en Aragón. Esta pieza se encuentra estos días en su lugar de procedencia, Longares, ya que las parroquias que han cedido piezas al museo para formar parte de su exposición, pueden seguir disfrutando de ellas y hacer que sigan formando parte, de esta manera, de su historia.