EL BELÉN NAPOLITANO

Un año más contamos con la colaboración de la Asociación de Amigos del Belén para decorar la Navidad en el museo. Por cuarto año consecutivo podemos disfrutar del belén napolitano realizado por Mª Carmen Sáenz de Guinoa, quien con sus manos ha tejido la indumentaria de cada una de las figuras y ha dado color a sus rostros, manos y pies de barro.

¿Por qué lo llamamos “Belén Napolitano”? Porque sigue la tipología de belenes que surgió en Nápoles reflejando la vida cotidiana de sus calles con escenas costumbristas propias del siglo XVIII. Ya en el siglo XIV empezaron a proliferar por Italia diversos belenes, y en el siglo XV se extendieron por toda la Península Itálica, llegando a España y Francia a través del Mediterráneo.

OLYMPUS DIGITAL CAMERA    Debemos al rey Carlos III de España y a su esposa, María Amalia de Sajonia, la llegada de este tipo de belenes a España. La reina fue quien trasladó los secretos de la porcelana de Meissen para, unidos a la tradición napolitana, crear estas escenas tan hermosas. Las manos, los pies y las cabezas, se modelan de manera independiente y se unen con una estructura de estopa y alambre, para luego ser vestidos, en el caso de los belenes realizados en Nápoles, con las mejores sedas de San Leucio y joyas exquisitas. Con las figuras creaban todo tipo de escenas populares y aristocráticas, uniéndolo a la escena principal del Nacimiento y la Epifanía. Crearon así una atmósfera de lo más atractiva que trajeron consigo estos monarcas cuando vinieron a España para reinar en 1759.

Escena de la epifanía en el belén napolitano, con ruinas emulando a Pompeya y Herculano como escenario.

 

Como escenario, vemos algunas ruinas que emulan a las de las ciudades de Pompeya y Herculano, descubiertas por el arqueólogo aragonés Roque Joaquín de Alcubierre en unas excavaciones promovidas por el rey Carlos III de España en la primera mitad del siglo XVII, cuando todavía era Carlos VII de Nápoles.

Con todo ello, este belén constituye una obra de gran valor etnográfico, testimonial y artístico, espejo de la sociedad dieciochesca y emulando esta tipología de belenes, que viene a ser una de las cimas del belén universal.