La restauración del Palacio Arzobispal, una gran historia.

Presentamos hoy una serie de publicaciones que aparecerán en nuestro blog en las próximas semanas, a través de las cuales queremos dar a conocer el proceso de restauración del edificio en el que se aloja el Alma Mater Museum: el palacio arzobispal de Zaragoza.

La manzana de edificios delimitada por la calle Don Jaime I, el paseo Echegaray y Caballero, la plaza de San Bruno y la plaza de la Seo, constituye un gran conjunto arquitectónico debido a la constante adición, sustracción y transformación de diferentes espacios, que se remonta hasta la Baja Edad Media. Sin embargo, el solar ocupado por este conjunto acogió importantes construcciones desde momento de la fundación de la ciudad, pues en esta misma manzana se situó la basílica del foro de Caesaraugusta.

Desde que en el siglo XII el monje bearnés y obispo zaragozano Pedro de Librana (1119-1128) construyese una torre que sirvió de apoyo a la vieja muralla de la ciudad, siendo este el origen del palacio arzobispal, la construcción se fue ampliando, por un lado, acercándose hacia la catedral, y por otro, siguiendo el cauce del río hacia el este, hasta conformar el edificio que hoy conocemos. Con el paso del tiempo, las sucesivas reformas y ampliaciones fueron transformando las zonas más antiguas del palacio, ocultando en ocasiones los muros medievales y modernos, para adecuarlo a las nuevas necesidades del edificio.

Vista aérea del Palacio Arzobispal.

En la pasada década todo este conjunto fue rehabilitado gracias a la ejecución de tres proyectos de reforma que culminarían con la adaptación del ala norte del palacio arzobispal como museo. Esta última fase de trabajo trajo consigo muchas sorpresas, pues en ella se sacaron a la luz estancias y elementos cuya identificación y localización había inquietado a los investigadores.

Próximamente os descubriremos el proceso de estas obras, la transformación de los antiguos espacios y su recuperación, así como el hallazgo de diferentes elementos ocultos que nos han permitido aproximarnos a la historia del edificio.