Cuidados en el parto en la Baja Edad Media.

Es un momento emocionante: ¡¡un  niño  acaba de nacer!! ¡¡Madre e hijo se encuentran bien!! ¿Queréis asistir al primer baño de un  recién nacido hace 600 años?  La pintura sobre tabla que os mostramos en este hoy data del siglo XV, está atribuida al maestro de Villalcazar de Sirga y permite asomarnos a  la intimidad  de un hogar  donde  un  bebe es aseado. Mientras, al fondo,  su madre descansa acostada.

La llegada de un niño al mundo requería muchos preparativos y el  parto era un momento muy delicado. Hoy conoceremos algunas de las atenciones y cuidados dispensados por las comadronas durante el alumbramiento en la Baja Edad Media. Todo comenzaba horas antes,  cuando la partera o madrina  acudía al hogar de la futura madre para aclimatar la sala, encender la chimenea  o colocar cortinas que evitaban   las corrientes de aire. Buscando  el amparo y la  protección de las vidas de la  madre y del  hijo, la partera colocaba  estampas de la Virgen rodeadas de cirios encendidos.

Nacimiento de San Juan Bautista. Maestro de Villalcázar de Sirga. atrib. S.XV. finales. Óleo sobre tabla.

Nacimiento de San Juan Bautista. Maestro de Villalcázar de Sirga. atrib. S.XV. finales. Óleo sobre tabla.

Durante el parto, la madrina asistía a la embarazada empleando  ungüentos e  instrumentos quirúrgicos. Le aconsejaba  deambular por la sala apoyada en dos mujeres y disponer  de  una cama dura donde aliviar sus  dolores. Después de dar a luz, la madre descansaba en un lecho blando tomando un  reconstituyente caldo de gallina y miga de pan, recetados muchas veces por los médicos del momento.

Por último, la partera examinaba el estado del recién nacido que recibía sus primeros cuidados. Después de un baño  caliente aromático era cubierto con un vestido empapado en aceite y  envuelto  en un paño blanco durante 40 o 60 días. Con esta práctica buscaban que el bebe creciera erguido sin deformidades y  protegido de posibles  golpes y del frío. Y aún hay más cosas curiosas: ¿sabíais que las niñas se alimentaban con leche materna hasta los dos años de edad  y hasta los tres años  si se trataba de un varón?. Para finalizar, os contamos un  dato curioso: en Aragón, si una  madre  con  un hijo lactante enviudaba, recibía, durante al menos doce meses, un salario mensual por parte de la familia  del marido fallecido.