Damian Forment, un introductor del renacimiento escultórico en Aragón

En esta entrada vamos a hablar de uno de los grandes del Alma Mater Museum, nada más y nada menos que de Damián Forment. Un artista muy conocido en Zaragoza por haberse enfrentado al reto de realizar el retablo mayor del Pilar.

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Ya saben que dicha propuesta nació de la rivalidad de los dos templos, la Seo y el Pilar, por ser el centro de atención de la ciudad. Entre principios y finales del siglo XV se elaboró, en dos fases, el retablo de la Catedral del Salvador en cuya obra participaron entre otros Pere Johan o Hans de Suabia. Unos años más tarde, en 1509, el cabildo del Pilar contrató a Damián Forment para hacer su retablo mayor con la condición de que debía ser al menos tan bueno como el de la Catedral. Lo consiguió o no, ya es cuestión de gustos.

En este sentido, hay que decir que Damián Forment es conocido por otras muchas cosas. De sus orígenes no hay acuerdo, algunos dicen que es de Valencia, otros que de Alcorisa (Teruel), lo cierto es que la mayor parte de su obra se encuentra repartida a lo largo de lo que aquel entonces era la Corona de Aragón y alguna que otra en Navarra y La Rioja. De él son los retablos de San Pablo y de San Miguel de los Navarros en Zaragoza, de la Catedral de Santa María de Huesca, el de Monasterio de Poblet en Tarragona o finalmente el de la Catedral de Santo Domingo de la Calzada en La Rioja.

De ahí, que se le considere uno de los primeros introductores del renacimiento escultórico en Aragón. Por eso hoy os traemos uno de los detalles de la obra que conservamos en el museo, donde se puede apreciar perfectamente la expresión contenida de los personajes que representó. Este detalle perteneció a un retablo de la parroquia de la Magdalena, en Zaragoza, hoy desmembrado.