Esta sala plantea un recorrido por la historia constructiva del edificio a través de cuatro recreaciones que muestran cómo era la manzana en la que se sitúa el museo desde la época romana. Además de los paneles explicativos, se exhibe un jardín arqueológico con restos arquitectónicos de diferentes épocas, encontrados en los trabajos de restauración del edificio como relleno en algunos de sus muros.
Con estas imágenes y el cronograma se comprende cómo el crecimiento de este edificio ha ido regulando y organizando el espacio urbano que le rodea, destacando tres enclaves: el acceso principal a la ciudad por el puente de Piedra, el paseo del río Ebro, que representa un itinerario protocolario de la ciudad medieval, y la plaza de la Seo donde se ubica el acceso a la catedral desde la Edad Moderna.