LA OBRA DEL MES: EL MARTIRIO DE SANTA ENGRACIA

 

            Dentro de la colección permanente de Alma Mater Museum encontramos obras de diferentes épocas,  que nos acercan al período histórico en el que se realizaron. Hoy, a través de las pinceladas de Joaquín Pallarés (1853-1935), nos trasladamos al siglo XIX. Este pintor aragonés ganó el concurso convocado en 1896 para decorar la actual Basílica de Santa Engracia. Su obra nos habla de una ciudad que tras sufrir los devastadores estragos de la Guerra de la Independencia, supo reponerse y mantener con firmeza aquellas devociones que le habían acompañado desde la época romana.

Al avanzar en el recorrido por la primera planta del museo nos topamos con este óleo sobre lienzo, construido con una pincelada suelta y llena de luz.  Se trata del boceto que Pallarés presentó al concurso promovido por la Junta de Obras que dirigía la reconstrucción del nuevo templo de Santa Engracia, concurso alentado por Ricardo Magdalena, director de  las obras.

Boceto realizado por Joaquín Pallarés en 1896, ganador del concurso promovido para decorar el crucero de la Basílica de Santa Engracia.

La primera de las bases que les enviaron a los artistas más importantes del momento indicaba la temática escogida: “El cuadro representará el Martirio y glorificación de Santa Engracia y sus dieciocho compañeros”.  Luego se especificaba que la técnica debía ser al óleo, y que el soporte debía presentarse a una escala de un décimo del tamaño definitivo: once metros y medio en altura y en anchura. Los bocetos de los tres artistas que se presentaron: Pamplona, Balasanz y Pallarés, fueron remitidos para su examen a la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis, de Zaragoza. Quien ganó definitivamente el concurso fue el artista Joaquín Pallarés Allustante.

Escena de la Glorificaión de Santa Engracia, representada en la parte superior del óleo realizado por Joaquín Pallarés en 1896.

Al analizar su composición descubrimos dos escenas diferenciadas. En la parte superior, la Glorificación de Santa Engracia, acompañada por los conocidos como Innumerables Mártires.  Y, en la parte inferior, se representa el ámbito terrenal  propiamente dicho, inmortalizando el martirio de la santa, acaecido en época de Diocleciano, en el siglo IV.

Este suceso nos traslada la ciudad de Caesar Augusta (Zaragoza), concretamente al año 303. En aquel momento, el prefecto Daciano, por órdenes del emperador Diocleciano, se encargaba de llevar a cabo una brutal persecución contra los cristianos, martirizando a todos aquellos que no renunciabas a su fé cristiana y que, por tanto, no aceptaban la idea de un emperador divinizado.

En la parte inferior se aprecia con detalle la escena del martirio de Santa Engracia, joven  que procedía de Bracara Augusta, localidad de Lusitania (Portugal), y que se dirigía al sur de Francia a casarse, acompañada por su tío Lupercio, un criado y dieciséis caballeros que le servían de escolta.  Todos ellos fueron también martirizados, identificándose sus restos con las Santas Masas.

Escena del martirio de Santa Engracia, situado en la parte inferior del óleo realizado por Joaquín Pallarés.

Sobre este autor hay mucho que hablar, ya que fue en su época un destacado pintor, llegando a ganar varios premios en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de 1895 y 1900. Para saber más sobre él, os animamos a que leáis nuestro post monográfico sobre Joaquín Pallarés.