EL BELÉN NAPOLITANO EN ALMA MATER MUSEUM

EL BELÉN NAPOLITANO EN ALMA MATER MUSEUM

Del 1 de diciembre al 10 de enero puede verse en la recepción del museo un Belén con un toque muy especial. Se trata del Belén Napolitano realizado por la artista zaragozana Mª Carmen Sáez de Guinoa, quien con sus manos ha tejido la indumentaria de cada una de las figuras y ha dado color a sus rostros, manos y pies de barro, además de a los escenarios.

 

Sigue la tipología de belenes que surgió en Nápoles reflejando la vida cotidiana de sus calles con escenas costumbristas propias del siglo XVII. Ya en el siglo XIV empezaron a proliferar por Italia diversos belenes, y en el siglo XV se extendieron por toda la Península Itálica, llegando a España y Francia a través del Mediterráneo.

Debemos al rey Carlos III de España y a su esposa, María Amalia de Sajonia, la llegada de este tipo de belenes a España. La reina fue quien trasladó los secretos de la porcelana de Meissen para, unidos a la tradición napolitana, crear estas escenas tan hermosas. Las manos, los pies y las cabezas, se modelan de manera independiente y se unen con una estructura de estopa y alambre, para luego ser vestidos, en el caso de los belenes realizados en Nápoles, con las mejores sedas de San Leucio y joyas exquisitas. Con las figuras creaban todo tipo de escenas populares y aristocráticas, uniéndolo a la escena principal del Nacimiento y la Epifanía. Crearon así una atmósfera de lo más atractiva que trajeron consigo estos monarcas cuando vinieron a España para reinar en 1759.

 

Como escenario, vemos algunas ruinas que emulan a las de las ciudades de Pompeya y Herculano, descubiertas por el arqueólogo aragonés Roque Joaquín de Alcubierre en unas excavaciones promovidas por el rey Carlos III de España en la primera mitad del siglo XVII, cuando todavía era Carlos VII de Nápoles. Estos escenarios se combinan con la recreación de las calles napolitanas, con diferentes tipos sociales, creando escenas que son verdaderas microhistorias.

  Entre las figuras que suelen estar siempre presente en este tipo de Belenes, está: el Cortejo Real de Oriente, de los Reyes Magos, en el que se refleja la variedad étnica de la época (porteadores turcos y armenios, camelleros…), acompañados por sus músicos; los ángeles vestidos de forma similar, pero variando en el color; grupos en diferentes puestos de ventas, como la vendedora de alfombras, el puesto de venta de vasijas de cerámica, la verdulería y la taberna. Próximo al Nacimiento, podemos ver siempre dormido a Benino, figura que hace referencia al fragmento de las Escrituras que dice “Los ángeles dieron el anuncio a los pastores durmientes”.

 

Con todo ello, este Belén constituye una obra de gran valor etnográfico, testimonial y artístico, espejo de la sociedad, que puede visitarse de forma completamente gratuita, en la recepción del museo.