La reina Sibila de Fortiá

Sibila de Fortiá (1350-1406) fue reina consorte de Aragón como esposa del rey Pedro IV el Ceremonioso (1336-1387). Sibila nació en Fortiá en 1350, fue hija de Berenguer de Fortiá y de Francesca Vilamarí.

Detalle de Sibila y Pedro IV recibiendo la comunión de manos de Cristo, pertenecientes a un mural del siglo XIV de la Iglesia de San Miguel de Daroca. Esta decoración mural se preserva en el Museo Provincial de Zaragoza.

Detalle de Sibila y Pedro IV recibiendo la comunión de manos de Cristo, perteneciente a un mural del siglo XIV de la iglesia de San Miguel de Daroca. Esta decoración mural se preserva en el Museo Provincial de Zaragoza.

Casó en primeras nupcias con el noble aragonés Artal de Foces, quien falleció en 1374. Al enviudar, pasó a ser amante del rey y poco después contrajeron matrimonio en 1377. De este modo, Sibila se convirtió en la cuarta esposa del soberano. Esta unión contó con la oposición de los hijos del rey, fruto de un anterior matrimonio, en especial con el príncipe Juan, quien vio con malos ojos los favores que se dispensaban a los familiares de la reina así como su falta de categoría social. La corte se dividió en torno al príncipe heredero Juan y su segunda esposa, Violante de Bar, y otro grupo en torno a Sibila de Fortiá.

El rey, a pesar de esas actitudes, quiso coronar a su esposa, y así se hizo el 30 de enero de 1381 en la catedral de San Salvador de Zaragoza, la Seo. La enemistad existente se hizo todavía más patente en la coronación de la reina cuando ninguno de los infantes acudió al evento.

Los festejos de su coronación duraron tres días en el Palacio de la Aljafería, pero no solo se hicieron banquetes en este palacio. Unos años antes, el prelado Lope Fernández de Luna (1351-1382), canciller de Pedro IV “el Ceremonioso”, realizó una reconstrucción del palacio arzobispal, tras un incendio que sufrió su casa en 1372. Renovado el palacio y con ocasión de la coronación de Sibila de Fortiá, el arzobispo ofreció en una de sus salas una gran fiesta, animada con bufones y malabaristas.

Estando el rey muy enfermo a finales del año 1386, y temerosa de la ira del futuro rey Juan, huyó al castillo de San Martín de Sarroca (Barcelona), que pertenecía a su hermano. Allí fue apresada por Juan I (1387-1396), quien la trató duramente acusándola de abandonar al rey en su lecho de muerte y de varios robos en el palacio. Se le recluyó en el castillo de Moncada (Barcelona) hasta que renunció a sus bienes  concedidos por el rey. Finalmente, Sibila se retiró al convento de San Francisco de Barcelona, donde que murió en 1406.

Alfarje que cubre una de las estancias del palacio arzobispal, construida a instancias del arzobispo don Lope Fernández de Luna.

Alfarje que cubre una de las estancias del palacio arzobispal, construida a instancias del arzobispo don Lope Fernández de Luna.

 

Bibliografía:

BUESA CONDE, D., “La diócesis de Zaragoza. Aproximación a su historia”, en VV. AA., El espejo de nuestra historia [Zaragoza, San Juan de los Panetes, Lonja, Palacio Arzobispal, 5 octubre 1991 – 6 enero 1992], Zaragoza, Arzobispado de Zaragoza, 1991, pp. 29-65.

CLARAMUNT RODRÍGUEZ, S., “La política matrimonial de la casa condal de Barcelona y real de Aragón desde 1213 hasta Fernando el Católico”, Acta historica et archaeologica mediaevalia, nº 23-24, Barcelona, Universidad de Barcelona, Facultad de Geografía e Historia, 2002-2003, pp. 195-235.