La escalera dieciochesca del palacio arzobispal.

En determinadas ocasiones, como exposiciones temporales o eventos e inauguraciones, se accede a la planta noble del museo a través de una gran escalera imperial que comunica el patio del palacio arzobispal con la planta noble. Se trata de un espacio de estilo neoclásico que fue construido en la segunda mitad del siglo XVIII.

La restauración de la escalera consistió principalmente en una intervención de tipo estructural, pues se reparó su cimentación, se sanearon los muros y sus grietas, y se consolidó la gran bóveda encamonada. Asimismo, fueron rehechos los viejos peldaños de madera carcomidos y se restauró la barandilla, conservando su aspecto original.

Vista del espacio desde lo alto de la escalera imperial.

Vista del espacio desde lo alto de la escalera imperial.

La historia de este espacio se remonta hasta el año 1777, cuando tienen lugar unas disputas entre los administradores de la sede vacante y el Regente de la Real Audiencia, el palacio vecino, que ponen de manifiesto la necesidad de reformar y mejorar algunas de las zonas del viejo palacio. El arzobispo Bernardo Velarde (1779-1782) fue quien inició las obras, con las que trataría de paliar la falta de trabajo en la ciudad durante la grave crisis de finales del siglo XVIII. Se acometió la construcción de esta escalinata, encargada al arquitecto José de Yarza y Lafuente, que debía ofrecer un acceso directo a la planta noble del palacio arzobispal desde la plaza de la Seo, ya que previamente se debían atravesar dos patios para llegar hasta ella. Para construirla esta escalera imperial fue necesario cercenar algunas estancias medievales, como las salas de los alfarjes mudéjares, y salvar la capilla de San Miguel (de finales del siglo XVI-comienzos del XVII), que quedaría en parte sobre los peldaños. Es por ello que tras el primer tramo, después de superar la capilla privada, la escalera se abre en dos brazos en un amplio espacio cubierto por la gran cúpula. Enfrente de esta escalera principal se construyó otra privada para uso del prelado.

Sobre el primer tramo, en el espacio que queda delimitado entre la capilla y la cúpula, se encuentran los restos de un taujel mudéjar, una techumbre plana de madera sobre la que se clavan tablas con decoración geométrica, que ocultaría la vigas del techo. Las tablas se encuentran instaladas en el lugar donde fueron halladas durante unos trabajos de restauración que se realizaron en el año 1972, habiendo sido repuestas y restauradas en 1990. Se conservan tres tableros con decoración de lazo que genera estrellas de ocho puntas y cruces, y un cuarto tablero con tres grandes estrellas de color azul y otras doradas de menor tamaño.

Fragmentos del taujel mudéjar que se encuentra sobre la escalera imperial.

Fragmentos del taujel mudéjar que se encuentra sobre la escalera imperial.

Actualmente, el intenso azul de la cúpula resalta la gran lámpara de cristal que ilumina la escalera neoclásica, donde pueden contemplarse también dos de los tapices del siglo XVI procedentes de la parroquia de San Pablo, que siguen los diseños de Rafael Sanzio.

 

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