Una capilla del siglo XVI convertida en la Sala Identitas.

Retomamos nuestro paseo por las salas del museo Alma Mater, descubriendo el estado de las mismas con anterioridad a la restauración que tuvo lugar en la pasada década, cuando se acondicionó la zona antigua del palacio arzobispal a su nuevo uso como museo. En esta ocasión, el espacio que comentamos es la joven Sala Identitas.

Para conocer el origen de este lugar debemos remontarnos al siglo XVI, un periodo en el que se llevaron a cabo diferentes actuaciones que trataron de modernizar el palacio arzobispal medieval. Posiblemente, ya se realizarían trabajos para adecuar algunas salas con motivo de la segunda visita a la ciudad del archiduque Felipe de Austria, futuro Felipe I el Hermoso, en el año 1501, cuando fue acomodado en el palacio por el arzobispo Alonso de Aragón (1478-1520) pero, las principales reformas se dieron, sin duda, con los arzobispos don Hernando de Aragón (1539-1575) y don Andrés Santos (1578-1585).

Don Hernando de Aragón, quien era nieto, aunque ilegítimo, del rey Fernando el Católico (1479-1516), amplió el edificio sobre la ribera del río Ebro, construyendo una capilla renacentista sobre la que levantó la planta noble del nuevo palacio. En esa planta, se crearon tres grandes salones dando así un espacio institucional a la residencia de los arzobispos. El salón de mayores dimensiones, conocido como Salón del Trono, ha tenido diversas funciones, entre ellas la de salón de audiencias de la corte española cuando los monarcas se instalaron en el palacio, como Felipe II (1556-1598), que pasó un tiempo en la ciudad por la boda de su hija Catalina Micaela, en el año 1585.

Con la construcción de nuevos espacios, fue necesario reorganizar la circulación por las zonas más antiguas, por lo que se comunicaron algunas estancias, pero otras desaparecieron o quedaron ocultas, como la bella capilla gótica que había construido hacía un siglo el arzobispo don Dalmau de Mur (1431-1456). Los documentos de la época nos dan noticia de estas salas, e incluso de su ornamentación, puesto que Hernando de Aragón encargó guadamecíes labrados para cubrir los techos y los suelos de algunas habitaciones.

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Vista de las bóvedas de la capilla de Hernando de Aragón, actual Sala Identitas del Alma Mater Museum.

Así, cuando el arzobispo amplió el palacio se construyó la nueva capilla, cubierta con una bóveda de crucería estrellada, moderna y acorde con el renacimiento aragonés. En gran parte ha llegado hasta nuestros días, a pesar de que en ella fueron necesarias algunas reparaciones tras los bombardeos sufridos durante el asedio francés de 1809. A finales de la década de 1980, se rehabilitó con el fin de destinarla a sala de investigadores o sala de consulta de los fondos del Archivo Diocesano, función que mantuvo hasta que el museo abrió sus puertas en el año 2011.

Por ello, la antigua capilla se halló en muy buen estado de conservación en los trabajos de restauración que venimos comentando, simplemente debieron realizarse tareas de acondicionamiento para el nuevo uso como sala de proyecciones del museo, que consistieron en cegar un acceso, cegar los ventanales, restaurar las claves de las bóvedas y repintar sus nervios. Además, se instalaron unos bancos que, aparte de aportar comodidad al espacio, evocaban el pasado de la estancia como lugar de oración.

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Vista general de la Sala Identitas.

Desde el pasado octubre la sala ha adquirido gran vitalidad, pues transformada en la Sala Identitas muestra un pedazo de la historia de Aragón a todos los visitantes a través de documentos, fotografías, paneles informativos y un magnífico audiovisual que, ese mismo mes, recibió el «Delfín de Oro» como mejor producción en el festival de cine corporativo publicitario internacional celebrado en Cannes.

 

Bibliografía:

BOROBIO SANCHIZ, J. y BOROBIO SANCHIZ, S., Museo Diocesano de Zaragoza. Biografía de una restauración, Zaragoza, Museo Diocesano de Zaragoza, 2011.

BUESA CONDE, D. J. y BOROBIO SANCHIZ, J.,  “El Museo Diocesano de Zaragoza. Su proceso de creación”, Artigrama, núm. 29, Zaragoza, Universidad de Zaragoza, Departamento de Historia del Arte, 2014, pp. 37-64.

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